El fútbol húngaro se asociará siempre a nombres como Ferenc Puskás, Flórián Albert, József Bozsik o Zoltán Czibor. Son los héroes magiares de la década de 1950, en la que, entre otras cosas, Hungría consiguió un subcampeonato del mundo (1954).
Los clubes que por aquel entonces contaban en sus filas con alguno de los integrantes del Equipo de Oro podían considerarse afortunados, ya que a mediados del siglo XX los fichajes internacionales no eran frecuentes y las grandes estrellas solían quedarse en sus países.
Así, en el caso de Hungría fueron principalmente dos clubes los que tuvieron la suerte de disfrutar en sus filas de los héroes de la selección. Mientras que Bozsik y Puskás defendieron los colores del Honved de Budapest, Albert, Sándor Kocsis y Czibor se ocuparon de que el Ferencváros de Budapest se erigiese en el club más laureado del país y se consolidase como el número uno. Sin embargo, no debemos olvidar que Kocsis y Czibor también jugaron en su otrora rival, el Honved.
El nacimiento de una institución
Pero volvamos al Ferencváros. El club se fundó en 1899, en el noveno distrito de la capital húngara, con el nombre de Ferencvárosi Torna Club. Aún hoy, las nueve bandas del escudo (cinco verdes y cuatro blancas) recuerdan el distrito donde nació el club. Las tres “E” corresponden a las palabras Erkölcs, Erő y Egyetértés, que significan “moral, fuerza y unión”. El primer presidente del Ferencváros, Ferenc Springer, aventuró con motivo de la fundación de la institución que aquel club sería un grande. Y tenía razón.
Nacido como club de gimnasia, el Ferencváros creó un año después la sección de fútbol, que lo llevaría a conquistar la gloria y la fama. Solo un año después de cosechar la mayor derrota de su historia (0-16 frente a un equipo de Oxford, Inglaterra), el club verdiblanco conquistó su primer título de liga en 1903, dos años después de la creación de la competición regular húngara.
Tras dos nuevos campeonatos en 1905 y 1907, el dominio del club capitalino se acentuó más todavía durante los siguientes años. Entre 1909 y 1913, las Águilas Verdes conquistaron cinco ligas consecutivas. Además, el Ferencváros logró su primer doblete de Liga y Copa en 1913. No obstante, la conquista de la liga de 1932/33 conserva un lugar especial en la memoria de los aficionados, ya que aquel año el club verdiblanco se proclamó campeón ganando todos los partidos, una hazaña que todavía hoy no ha sido igualada.
La forja de una leyenda
El Ferencváros fue conquistando el corazón de aficionados de todo el país y en 1911 dejó su vieja sede de la calle Soroksári para poder dar cabida a su legión de seguidores.
No obstante, la irrupción en el panorama internacional todavía se haría esperar. El Ferencváros saltó por primera vez a la palestra internacional con la conquista en 1928 de la copa Mitropa, competición que disputaban clubes de los países centroeuropeos y que las Águilas Verdes volverían a conquistar en 1937. En julio de 1929, el conjunto verdiblanco logró una hazaña sin precedentes al vencer por 3-2 en Montevideo a la selección de Uruguay que poco después se proclamaría campeona del mundo, convirtiéndose así en el primer club que derrotó al combinado celeste en su propio territorio.
No obstante, el gran golpe llegaría casi 30 años después. Con Albert y Sándor Mátrai en sus filas, el Ferencváros ganó en la temporada 1964/65 la Copa de Ferias (predecesora de la Copa de la UEFA, conocida hoy como Liga Europa), superando en su camino hacia el título a históricos como el Roma y el Manchester United. En el minuto 74 de la final, Máté Fenyvesi marcó el gol que permitió a su equipo imponerse por 1-0 al Juventus de Turín. Aquel título es todavía hoy el único que el club húngaro ha conquistado en las competiciones europeas de la época moderna. El club alcanzaría además otras dos finales europeas, pero la victoria frente a la Vecchia Signora sigue siendo a día de hoy su único título continental.
Para entonces, el club verdiblanco ya se había convertido en el más laureado de Hungría, con más de 20 títulos de Liga y 10 de Copa en sus vitrinas a finales de los sesenta.
En la actualidad
La última gran hazaña del Ferencváros data de 1995, cuando el cuadro de Budapest se convirtió en el primer equipo de su país en alcanzar la fase de grupos de la Liga de Campeones de la UEFA. No sería hasta 2009 cuando otro club, el Debrecen, volvería a alcanzar ese logro para el fútbol húngaro.
Sin embargo, el inicio del nuevo milenio no ha resultado demasiado halagüeño para el Ferencváros. A pesar de que en 2005 se convirtió en el primer equipo húngaro que ha disputado hasta la fecha la fase de grupos de la Copa de la UEFA (2005) y de que en 2004 logró el triplete en su país (Liga, Copa y Supercopa), el club más laureado de Hungría se vio obligado a descender a segunda división después de numerosos escándalos. El año siguiente, para acentuar la amargura de la afición verdiblanca, el Ferencváros perdió en la última jornada de la competición la oportunidad de regresar a la máxima categoría.
El ascenso no se consumaría hasta 2009 y, después de alcanzar el séptimo puesto la temporada siguiente, el conjunto capitalino acabó tercero en 2011 y logró con ello la clasificación para la Liga Europa de la UEFA. A pesar de los problemas del pasado reciente y de la falta de títulos desde 2004, el Ferencváros sigue siendo a día de hoy el club más popular de Hungría.
Las Águilas Verdes miran ahora hacia delante y, como demuestra su historia, no descansarán hasta volver a lo más alto.
El estadio
El Ferencváros disputa sus partidos como local en el estadio Flórián Albert, que tiene capacidad para unos 18.000 espectadores y fue inaugurado en 1974. El coliseo era conocido hasta 2007 como estadio Üllői úti, pero el club lo rebautizó en homenaje al legendario Flórián Albert, el único húngaro que ha sido elegido mejor futbolista europeo del año hasta la fecha. El Császár (“Emperador”) jugó entre 1958 y 1974 nada menos que 537 partidos (383 goles) con el equipo verdiblanco y ganó cuatro Ligas y una Copa. El club tiene previsto completar en 2012 las obras de ampliación del estadio, que costarán unos 50 millones de euros y aumentarán la capacidad del recinto a 21.000 localidades.
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